miércoles, 15 de julio de 2015

ANATOMÍA DE LA AUTOESTIMA

"Los demás no nos dan ni nos quitan nada. 
Tan sólo son espejos que nos muestran 
lo que tenemos y lo que nos falta"






Desde un punto de vista emocional, todo lo que una persona no se da a sí misma lo busca en su relación con los demás: afecto, confianza, reconocimiento. La independencia pasa por aprender a autoabastecerse. 

Es hora de reconocerlo: por lo general somos una sociedad de "eruditos racionales" y "analfabetos emocionales". No nos han enseñado a expresar con palabras el torbellino de emociones, sentimientos y estados de ánimo que deambulan por nuestro interior. Y esta ignorancia nos lleva a marginar lo que nos ocurre por dentro, sufriendo sus consecuencias. 

Por el camino, las heridas provocadas por esta guerra interna nos dejan un poso de miedos, angustias y carencias. Y la experiencia del malestar facilita que nos creamos una de las grandes mentiras que preconiza este sistema: que nuestro bienestar y nuestra felicidad dependen de algo externo, como el dinero, el poder, la belleza, la fama, el éxito, el sexo...

Debido a nuestra falta de conocimiento y entrenamiento en inteligencia emocional, solemos reaccionar o reprimirnos instintivamente cada vez que nos enfrentamos a la adversidad. Apenas nos damos espacio para comprender lo que ha sucedido y de qué manera podemos canalizar de forma constructiva lo que sentimos. De ahí que nos convirtamos en víctimas y verdugos de nuestro dolor, el cual intensificamos al volver a pensar en lo sucedido. En eso consiste vivir inconscientemente: en no darnos cuenta de que somos cocreadores de nuestro sufrimiento. 






ROTOS POR DENTRO 

"Sólo si me siento valioso por ser como soy puedo aceptarme, puedo ser auténtico" (Jorge Bucay) 


LA CARENCIA COMÚN ES INVISIBLE 

"Uno es lo que ama, no lo que le aman" (Charlie Kaufman) 
A veces nos mostramos arrogantes y prepotentes al interactuar con otras personas, creyendo que esta actitud es un síntoma de seguridad en nosotros mismos. En cambio, cuando nos infravaloramos o nos despreciamos, pensamos justamente lo contrario. Sin embargo, estas dos conductas opuestas representan las dos caras de una misma moneda: falta de autoestima. Es nuestra carencia común. Y a pesar de ser devastadora es prácticamente invisible. 


¿Qué es entonces la autoestima? 


Podría definirse como "la manera en la que nos valoramos a nosotros mismos". Y no se trata de sobre o subestimarnos. La verdadera autoestima nace al vernos y aceptarnos tal como somos. 
La falta de autoestima tiene graves consecuencias, tanto en nuestra forma de interpretar y comprender el mundo como en nuestra manera de ser y de relacionarnos con los demás. Al mirar tanto hacia fuera, nos sentimos impotentes, ansiosos e inseguros, y nos dejamos vencer por el miedo y corromper por la insatisfacción. También discutimos y peleamos más a menudo, lo que nos condena a la esclavitud de la soledad o la ira. Y dado que seguimos fingiendo lo que no somos y reprimiendo lo que sentimos, corremos el riesgo de ser devorados por la tristeza y consumidos por la depresión. 


Compensación Emocional 


"Si no lo encuentras dentro de ti, ¿dónde lo encontrarás?" (Alan Watts)
 
De tanto mirar hacia fuera, nuestras diferentes motivaciones se van centrando en un mismo objetivo: conseguir que la realidad se adapte a nuestros deseos y expectativas egocéntricos. Así es como pretendemos conquistar algún día la felicidad. Sin embargo, dado que no solemos saciar estas falsas necesidades, enseguida interpretamos el papel de víctima, convirtiendo nuestra existencia en una frustración constante. 

Expertos en el campo de la psicología de la personalidad afirman que este egocentrismo -que se origina en nuestra más tierna infancia- condiciona nuestro pensamiento, nuestra actitud y nuestra conducta, formando lentamente nuestra personalidad. Así, la falta de autoestima obliga a muchas personas a compensarse emocionalmente, mostrándose orgullosas y soberbias. 

Al negar sus propias necesidades y perseguir las de los demás, son las últimas en pedir ayuda y las primeras en ofrecerla. Aunque no suelan escucharse a sí mismas, se ven legitimadas para atosigar y dar consejos sin que se los pidan. De ahí que suelan crear rechazo y se vean acorraladas por su mayor enemigo: la soledad. 

En otros casos, esta carencia fuerza a algunas personas a proyectar una imagen de triunfo en todo momento, incluso cuando se sienten derrotadas. Cegadas por el afán de deslumbrar para ser reconocidas y admiradas, se vuelven adictas al trabajo, relegando su vida emocional a un segundo plano. La vanidad las condena a esconderse bajo una máscara de lujo y a refugiarse en una jaula de oro. Pero tras estas falsas apariencias padecen un profundo sentimiento de vacío y fracaso. 


La ausencia de autoestima también provoca que algunas personas no se acepten a sí mismas, y se construyan una identidad diferente y especial para reafirmar su propia individualidad. No soportan ser consideradas vulgares y huyen de la normalidad. Y suelen crear un mundo de drama y fantasía que termina por envolverles en un aura de incomprensión, desequilibrio y melancolía. Y al compararse con otras personas, suelen sentir envidia por creer que los demás poseen algo esencial que a ellas les falta. 


El denominador común de esta carencia es que nos hace caer en el error de buscar en los demás el cariño, el reconocimiento y la aceptación que no nos damos a nosotros mismos. La paradoja es que se trata precisamente de hacer lo contrario. Sólo nosotros podemos nutrirnos con eso que verdaderamente necesitamos. 





LO QUE PIENSAN LOS DEMÁS 

"Cada vez que se encuentre usted en el lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar" (Mark Twain) 

Cuenta una parábola que un hombre y su mujer salieron de viaje con su hijo de 12 años, que iba montado sobre un burro. Al pasar por el primer pueblo, la gente comentó: "Mirad ese chico tan maleducado: monta sobre el burro mientras los pobres padres van caminando." Entonces, la mujer le dijo a su esposo: "No permitamos que la gente hable mal del niño. Es mejor que subas tú al burro". 

Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuró: "Qué sinvergüenza, deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va cómodo encima". Entonces tomaron la decisión de subirla a ella en el burro mientras padre e hijo tiraban de las riendas. Al pasar por el tercer pueblo, la gente exclamó: "¡Pobre hombre! ¡Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro! ¡Y pobre hijo! ¡Qué será lo que les espera con esa madre!". 

Entonces se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres y continuar su viaje. Al llegar a otro pueblo, la gente dijo: "¡Mirad qué familia, son más bestias que el burro que los lleva! ¡Van a partirle la columna al pobre animal!". Al escuchar esto, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro. Pero al pasar por el pueblo siguiente la gente les volvió a increpar: "¡Mirad a esos tres idiotas: caminan cuando tienen un burro que podría llevarlos!". 



EL ÉXITO MÁS ALLÁ DEL ÉXITO 

"Este gozo que siento no me lo ha dado el mundo y, por tanto, el mundo no puede arrebatármelo" (Shirley Caesar) 


Los demás no nos dan ni nos quitan nada. Y nunca lo han hecho. Tan sólo son espejos que nos muestran lo que tenemos y lo que nos falta. Ya lo dijo el filósofo Aldous Huxley: "La experiencia no es lo que nos pasa, sino la interpretación que hacemos de lo que nos pasa". Lo único que necesitamos para gozar de una vida emocional sana y equilibrada es cultivar una visión más objetiva de nosotros mismos. Sólo así podremos comprendernos, aceptarnos y valorarnos tal como somos. Y lo mismo con los demás. 

El secreto es dedicar más tiempo y energía a liderar nuestro diálogo interno. Hemos de vigilar lo que nos decimos y cómo nos tratamos, así como lo que les decimos a los demás y cómo los tratamos. 


La verdadera autoestima es sinónimo de humildad y libertad. 

Es el colchón emocional sobre el que construimos nuestro bienestar interno. Y actúa como un escudo protector que nos permite preservar nuestra paz y nuestro equilibrio independientemente de cuáles sean nuestras circunstancias. Los filósofos contemporáneos lo llaman "conseguir el éxito más allá del éxito". Dicen que cuando una persona es verdaderamente feliz, no desea nada. Tan sólo sirve, escucha, ofrece y ama. 

Podemos seguir sufriendo por lo que no nos dan la vida y los demás, o podemos empezar a atendernos y abastecernos a nosotros mismos. Es una decisión personal. Y lo queramos o no ver, la tomamos cada día. 

Desde un punto de vista emocional, todo lo que una persona no se da a sí misma lo busca en su relación con los demás: afecto, confianza, reconocimiento. La independencia pasa por aprender a autoabastecerse. 





martes, 7 de julio de 2015

LA IDEALIZACIÓN DE LA PAREJA




Idealizar es exagerar en positivo las virtudes de otra persona, quitándonos a nosotros mismos valor para otorgarle al otro el poder de la “perfección”. Una persona que idealiza a otra, suele sentirse inferior, y creer que está ante alguien inalcanzable.


LA IDEALIZACIÓN DE LA PAREJA

El hábito de idealizar es muy común en las personas que tienen la autoestima baja. Si uno no se siente valioso, enseguida exagerará en positivo las virtudes de otros. Se podría decir que la mente piensa algo como: “si yo no soy valioso, me enamoraré enseguida de alguien que tenga lo que yo no tengo”.

Se puede idealizar en muchos ámbitos: en la pareja, en lo amistoso, familiar, etc. Quienes idealizan a su pareja, suelen caer en la dependencia emocional porque conseguir a alguien que se veía inalcanzable les nubla, haciendo que se conviertan en esclavos del otro.
Ver que han conseguido a alguien que supuestamente era imposible hace que se entreguen al 200%, la prioridad esas personas será la felicidad del otro, complacer sus deseos, etc. En esos casos se pierde la individualidad por completo, para convertirse en un ser incompleto que necesita a su pareja para ser feliz.





EL GRAN INCONVENIENTE DE IDEALIZAR

Las personas que idealizan traspasan la realidad y las virtudes exageradas que les otorgan a otros es irreal. Eso significa que si consiguen intimar con esa persona que han idealizado, poco a poco se les irá cayendo la venda de los ojos y verán que todos los seres humanos somos imperfectos.
Puede que lo que tanto les gustaba, lo que tanto amaban, un buen día, cuando comiencen a ver "la realidad", les deje de gustar, incluso pueden llevarse grandes desengaños.

Quien idealiza, se monta una fantasía en la que atribuye unas características a otro que seguramente no se correspondan con lo que esa persona es. La imaginación forma a la persona ideal que le gustaría encontrar. Pero cuando la realidad asoma y se ven los defectos, se ponen los pies en el suelo, el sueño cae al vacío, y todo se viene abajo.

En muchos casos, se rompen parejas por este motivo. 
Personas que afirman que les han fallado, que no eran lo que parecían, etc. no siempre es verdad, a veces estos desengaños se producen por idealizar a alguien.
No veían la realidad porque en la fantasía se habían formado a la persona perfecta y luego al intimar más, se acaba viendo la verdad y los sueños toman menos partido cuando hay un contacto más íntimo con la persona.



TODOS HEMOS IDEALIZADO ALGUNA VEZ

Seguro que todos hemos idealizado a alguien alguna vez. Por ejemplo, cuando éramos pequeños y nos gustaba ese cantante, actor, futbolista, famoso y soñábamos con tener un encuentro romántico de película.

Como admirábamos a ese famoso, ya pensábamos que en todas las demás facetas también sería ideal. Lo cierto es que aunque alguien sea brillante y tenga mucha fama, detrás hay más facetas en las que no será tan bueno.
Tendemos a ver como “dioses” a personas que destacan en algún punto y además salen en los medios de comunicación, sobre todo en la niñez.

Pero no sólo ocurre en la niñez, mucha gente idealiza a otros debido a su baja autoestima. Ven a alguien que les gusta en algún entorno adecuado y ya piensan que será una buena persona, con un carácter genial, agradable, con madurez, humanidad, integridad, con buenos valores, etc. pero lo cierto es que no sabemos nada de otra persona hasta que no la conozcamos de una manera más íntima.


¿CÓMO EVITAR CAER EN LA IDEALIZACIÓN ENFERMIZA?

Mirando el lado humano e imperfecto que todos tenemos y sabiendo que todos somos iguales, todos poseemos virtudes y defectos, la diferencia está en lo que se quiera centrar cada uno y lo que quiera valorarse cada cual.
Esa persona que admiras y crees que es mejor que tú, en realidad es igual, lo único que hace es lucirse en su buen momento del día, pero si vieras sus defectos como todos los tenemos, la bajarías del pedestal.

Brillará en unas cosas, pero en otras no. Va al baño como todos los mortales, por las mañanas se levanta con cara de sueño o de mal humor. Ha cometido errores alguna vez y seguro que tiene secretos inconfesables que nadie debe saber o se caería su imagen.

Esa persona también enferma y tiene mal aspecto. Alguna vez habrá hecho cosas inapropiadas. Todos tenemos diferentes disposiciones y facetas durante el día. Unas horas para la seriedad y responsabilidad, otras para ser más natural y humano, otras en las que ir “como un pincel” y otros momentos donde estamos en pijama, zapatillas y despeinados.


Cuando alguien idealiza y pone a otro en un pedestal, es porque se ignora el lado humano e imperfecto que todos tenemos.

Seguramente vea a esa persona en los momentos del día donde se muestra su parte más brillante, pero si conviviéramos las 24 horas con esa persona que crees tan inalcanzable veríamos como caería el mito.
Al fin y al cabo, somos animales racionales. Intentamos dar la mejor imagen, mostrar lo bueno que tenemos, pero lo cierto es que detrás de lo que las personas quieren mostrar se esconde la realidad humana e imperfecta que todos llevamos dentro.

lunes, 6 de julio de 2015

Moral del Hombre Nuevo


Nuevo modelo social

(Quino)

































¿Preocupante?
o
¿Adaptados?



¿Quién transforma a quién? 
¿El hombre a la sociedad o la sociedad al hombre?


jueves, 2 de agosto de 2012

Técnicas de relajación




Se presentan dos técnicas de relajación muscular progresiva, una activa y otra pasiva desarrolladas por el Dr. Fernando Bianco C. (1972-76) en base a los procedimientos recomendados por Jacobson y Schultz.

Conseguir un estado de reposo Físico y moral, dejando los músculos en completo abandono y la mente libre de toda preocupación.

Jacobson argumentaba que ya que la tensión muscular acompaña a la ansiedad, uno puede reducir la ansiedad aprendiendo a relajar la tensión muscular.

Se persigue conseguir un estado de homeostasis en la cual tanto el cuerpo como la mente entre en completo estado de reposo, de relajar los niveles de contractibilidad e nuestro cuerpo.

El terapeuta lo primero que le enseña al paciente es como medir la presencia de ansiedad (angustia, temor, miedo, pánico) mediante la construcción del
Termómetro de Unidades Subjetivas de Ansiedad (USA), ideada por Wolpe.
Se entrena al paciente en la técnica de relajación muscular, utilizando la técnica clásica modificada por el Dr. Bianco, siendo ésta de de dos tipos:

A. Activa 
B. Pasiva

¿Cómo sería Tu vida mañana si todas las decisiones que tomaras hoy, fueran un acto de amor hacia ti mismo(a)?





TECNICA DEL ESPEJO

Modelamiento por ejecución guiada y reforzamiento:
Procedimiento por medio del cual el instructor ó terapeuta, finge de modelo y realiza un comportamiento deseado, que posteriormente deberá repetir el paciente, siendo este reforzado por cualquier aproximación exitosa, hasta la consecución de la conducta Terminal.

Dentro de estos procedimientos describiremos: 

 

 Técnica del espejo


Creada por el Dr. Fernando Bianco Colmenares en el año 1975, tiene sus raíces en la Técnica de "BodyImagery" descrita por Hartman y Fithian y en los principios asertivos descritos por Salter.

La Técnica del Espejo

Define el conjunto de procedimientos que permiten visualizar el conocimiento o consideración de una persona para reconocerse mejor.

Se basa en modelamiento por medio de la ejecución guiada y reforzamiento

• Aprender, aumentar y mantener la autoestima
• Ejercitar los principios asertivos

El terapeuta procede a modelar la técnica colocándose frente a un espejo de cuerpo entero, que le permita observarse por completo, y luego procede a explicarle al paciente: En la mañana, después del aseo matutino, y, frente al espejo vas a comenzar a alabar tu intelecto, haciendo contacto visual y con la respectiva gesticulación (movimientos expresivos), vas a verbalizar, expresando en voz alta: yo soy inteligente, me gusta como pienso, soy espontáneo en mi pensamiento, se improvisar, soy capaz de ver una situación problemática y buscar una solución rápida, soy brillante, me afirmo, soy valiente, soy asertivo; esta expresividad dura aproximadamente de 3 a 5 minutos. Acto seguido el terapeuta indicará al paciente que modele la conducta que acaba de demostrarle, en un tiempo igual aproximado de 3 a 5 minutos.

Posteriormente el terapeuta indicará al paciente que al medio día se coloque nuevamente frente al espejo y pasará a alabar tu cuerpo, haciendo contacto visual y con la respectiva gesticulación (movimientos expresivos), vas a verbalizar: me gusta el color de mi pelo, me gusta el color de mis ojos, me gusta mis labios, me gusta mi nariz, mis cejas, mis orejas, me gusta el color y textura de mi piel, mi cuello, me gusta mi tórax, mis mamas, mis hombros, mis extremidades, mis manos son lindas, mis uñas, me gusta mi espalda, caderas, glúteos, mi abdomen, mi ombligo, mis genitales, (monte de Venus, vulva, pene y testículos según el caso) mis piernas, rodillas, mis pies; esta expresividad debe durar aproximadamente de 3 a 5 minutos. Acto seguido el terapeuta indicará al paciente que modele la conducta que acaba de demostrarle, con un tiempo igual aproximado de 3a 5 minutos. Finalmente el terapeuta indicará al paciente que en la noche se coloque nuevamente frente al espejo y le indica: ahora vas a alabar tu capacidad afectiva y sexual, haciendo contacto visual y, con la respectiva.

Esta técnica debe realizarse todos los días y para siempre.

Cuando el paciente vuelve a consulta el terapeuta le solicita que realice la técnica en su totalidad, con el objeto de comprobar cómo la esta haciendo y de ser necesario, aplicar los correctivos pertinentes.

• Evaluar el contacto visual, el tono de voz, la gesticulación, el contenido, la secuencia y el tono postural.
• Medir las USA antes y después
• Hay terapeutas que indican al paciente llevar un registro diario y horario del cumplimiento de la técnica.
• Es esencial ser minucioso en la realización de la técnica









Fuente:

Manual Tecnicas Sexuales
http://es.scribd.com/doc/100961663?secret_password=26wl9lgqqbtglipqyabt

lunes, 23 de julio de 2012

Manejo de la Ansiedad

Los componentes de la ansiedad






Sabemos que la ansiedad es una respuesta normal del organismo ante una situación considerada potencialmente peligrosa. Hemos estudiado cómo funciona esto fisiológicamente. Es muy importante tener en cuenta que no podemos eliminar totalmente las respuestas ansiosas, dado que, en sí mismas, constituyen un mecanismo adaptativo para sobrevivir.





Entonces, ¿Cuándo es conveniente consultar con un especialista?


Cuando estos mecanismos de preparación ansiógena se activan sin ningún motivo aparente, y esto empieza a trastornar nuestra vida cotidiana; o bien, cuando necesitamos aprender a manejar mejor estas respuestas fisiológicas de ansiedad para tener una mejor calidad de vida.


La ansiedad está íntimamente emparentada con la incertidumbre, y puede ser alimentada a través de tres vías diferentes:


  • Respuesta fisiológica: muchas veces los mismos síntomas detallados en notas anteriores (ver fisiología de la ansiedad) generan más ansiedad debido a que la persona no entiende bien lo que le está pasando. Esta incertidumbre genera aún más repuesta de ansiedad, y mantiene los síntomas.


  • Cogniciones de anticipación: Todo lo que pensamos afecta nuestro estado de ánimo, y determina nuestra condición de vida. Los pensamientos que alimentan la sensación de incertidumbre hacia lo que vendrá, potencian el miedo, y la espiral ascendente de síntomas. "¿Me sentiré bien cuando llegue?", "¿Podré hacerlo o no?", "¿Y si pasa algo grave?".


  • Relaciones interpersonales: El modo en que nos relacionamos como también la calidad de nuestras relaciones con otras personas también pueden afectar nuestro nivel de stress. Cuando nuestras relaciones son inestables, y la incertidumbre es mucha, es natural que experimentemos una sensación de ansiedad constante. "Si haces esto, o lo otro, me voy..." Lo mismo sucede cuando en nuestro entorno la modalidad de comunicación se torna difícil de comprender. Esto ocurre cuando recibimos mensajes contradictorios o bien ataques a nuestra autoestima o seguridad personal. "¿Estás segura de que vas a poder?", "¿No será demasiado para vos?", "Me gustaría que seas más independiente... ... no me necesitas más?


Poder chequear de qué manera estos factores están influyendo en nuestra realidad personal, y con qué habilidad los estamos manejando, es una buena manera de entrenarnos para controlar nuestros estados de ansiedad.

viernes, 20 de julio de 2012

¿CUÁL ES TU VACA?

Metáfora que nos enseña como nuestras vacas (conformismo) no nos dejan progresar.


 



La historia cuenta que un viejo maestro deseaba enseñar a uno de sus discípulos por qué muchas personas viven atadas a una vida de mediocridad y no logran superar los obstáculos que les impiden triunfar. No obstante, para el maestro, la lección más importante que el joven discípulo podía aprender era observar lo que sucede cuando finalmente nos liberamos de aquellas ataduras y comenzamos a utilizar nuestro verdadero potencial.

Para impartir su lección al joven aprendiz, aquella tarde el maestro había decidido visitar con él algunos de los lugares más pobres y desolados de aquella provincia.
Después de caminar un largo rato encontraron la que consideraron la más humilde de todas las viviendas.
Aquella casucha a medio derrumbarse, que se encontraba en la parte más distante de aquel caserío, debía ser -sin duda- alguna la más pobre de todas. Sus paredes milagrosamente se sostenían en pie, aunque amenazaban con derribarse en cualquier momento; el improvisado techo dejaba filtrar el agua, y la basura y los desperdicios que se acumulaban a su alrededor daban un aspecto decrépito a la vivienda.

Sin embargo, lo más sorprendente de todo era que en aquella casucha de 10 metros cuadrados pudiesen vivir ocho personas. El padre, la madre, cuatro hijos y dos abuelos se las arreglaban para acomodarse en aquel lugar.
Sus viejas vestiduras y sus cuerpos sucios y malolientes eran prueba del estado de profunda miseria reinante.
Curiosamente, en medio de este estado de escasez y pobreza total, esta familia contaba con una posesión poco común en tales circunstancias: una vaca.

Una flacuchenta vaca que con la escasa leche que producía, proveía a aquella familia con el poco alimento de algún valor nutricional. Pero más importante aún, esta vaca era la única posesión material de algún valor con que contaba aquella familia. Era lo único que los separaba de la miseria total.
Y allí, en medio de la basura y el desorden, pasaron la noche el maestro y su novato discípulo. Al día siguiente, muy temprano y sin despertar a nadie, los dos viajeros se dispusieron a continuar su camino. Salieron de la morada y antes de emprender la marcha, el anciano maestro le dijo a su discípulo: “Es hora de que aprendas la lección que has venido a aprender”.

Sin que el joven pudiese hacer nada para evitarlo, el anciano sacó una daga que llevaba en su bolsa y degolló la pobre vaca que se encontraba atada a la puerta de la vivienda, ante los incrédulos ojos del joven.

Maestro, dijo el joven: “¿Qué has hecho? ¿Qué lección es ésta, que amerita dejar a esta familia en la ruina total? ¿Cómo has podido matar esta pobre vaca, que representaba lo único que poseía esta familia?”

Haciendo caso omiso a los interrogantes del joven, el anciano se dispuso a continuar la marcha, y maestro y discípulo partieron sin poder saber qué suerte correría aquella familia ante la pérdida de su única posesión.
Durante los siguientes días, una y otra vez, el joven era confrontado por la nefasta idea de que, sin la vaca, aquella familia seguramente moriría de hambre.

Un año más tarde, los dos hombres decidieron regresar nuevamente por aquellos senderos a ver qué suerte había corrido aquella familia. Buscaron la humilde posada nuevamente, pero en su lugar encontraron una casa grande. Era obvio que la muerte de la vaca había sido un golpe demasiado fuerte para aquella familia, quienes seguramente habían tenido que abandonar aquel lugar y ahora, una nueva familia, con mayores posesiones, se había adueñado de aquel lugar y había construido una mejor vivienda.






La Historia De La Vaca

¿Adónde habrían ido a parar aquel hombre y sus hijos? ¿Qué habría sucedido con ellos? Todo esto pasaba por la mente del joven discípulo mientras que, vacilante, se debatía entre tocar a la puerta y averiguar por la suerte de los antiguos moradores o continuar el viaje y evitar confirmar sus peores sospechas.

Cuál sería su sorpresa cuando del interior de aquella casa salió el hombre que un año atrás le diera morada en su vivienda. ¿Cómo es posible? preguntó el joven. Hace un año en nuestro breve paso por aquí, fuimos testigos de la profunda pobreza en que ustedes se encontraban. ¿Qué ocurrió durante este año para que todo esto cambiara?

Ignorante del hecho de que el discípulo y su maestro habían sido los causantes de la muerte de su vaca, el hombre relató cómo, coincidencialmente, el mismo día de su partida, algún maleante, envidioso de su vaca, había degollado salvajemente al animal.

El hombre continuó relatándole a los dos viajeros cómo su primera reacción ante la muerte de la vaca había sido de desesperación y angustia. Por mucho tiempo, la vaca había sido su única fuente de sustento. El poseer esta vaca le había ganado el respeto de sus menos afortunados vecinos, quienes envidiaban no contar con tan preciado bien.

Sin embargo, continuó el hombre, poco después de aquel trágico día, decidimos que a menos que hiciéramos algo, muy probablemente, nuestra propia supervivencia estaría en peligro. Así que decidimos limpiar algo del terreno de la parte de atrás de la casucha, conseguimos algunas semillas y decidimos sembrar vegetales y legumbres con los que pudiésemos alimentarnos.

Después de algún tiempo comenzamos a vender algunos de los vegetales que sobraban y con este dinero compramos más semilla y comenzamos a vender nuestros vegetales en el puesto del mercado. Así pudimos tener dinero suficiente para comprar mejores vestimentas y arreglar nuestra casa. De esta manera, poco a poco, este año nos ha traído una vida nueva.

El maestro, quien había permanecido en silencio, prestando atención al fascinante relato del hombre, llamó al joven a un lado y en voz baja le preguntó:
¿Tú crees que si esta familia aún tuviese su vaca, estaría hoy donde ahora se encuentra?
Seguramente no, respondió el joven.

¿Si ves? Su vaca, fuera de ser su única posesión, era también la cadena que los mantenía atados a una vida de mediocridad y miseria.

Al no contar más con la falsa seguridad que les proveía el sentirse poseedores de algo, así no fuese más que una flacuchenta vaca, debieron tomar la decisión de buscar algo más.

En otras palabras, la misma vaca que para sus vecinos era una bendición, les había dado la sensación de poseer algo de valor y no estar en la miseria total, cuando en realidad estaban viviendo en medio de la miseria.

Así es cuando tienes poco. Lo poco que tienes se convierte en un castigo, ya que no te permite buscar más. No eres feliz con ello, pero no eres totalmente miserable. Estás frustrado con la vida que llevas, más no lo suficiente como para querer cambiarla. ¿Ves lo trágico de esta situación?

Cuando tienes un trabajo que odias, que no suple tus necesidades económicas mínimas y no te trae absolutamente ninguna satisfacción, es fácil tomar la decisión de dejarlo y buscar uno mejor. No obstante, cuando tienes un trabajo del cual no gustas, que suple tus necesidades básicas pero no te ofrece la oportunidad de progresar; que te ofrece cierta comodidad pero no la calidad de vida que verdaderamente deseas para ti y tu familia, es fácil conformarte con lo poco que tienes.

Muchos de nosotros también tenemos vacas en nuestra vida. Ideas, excusas y justificaciones que nos mantienen atados a la mediocridad, dándonos un falso sentido de estar bien cuando frente a nosotros se encuentra un mundo de oportunidades por descubrir. Oportunidades que sólo podremos apreciar una vez hayamos matado nuestras vacas.






Fuente: Camilo Cruz (Liderazgo y Mercadeo)