miércoles, 15 de julio de 2015

ANATOMÍA DE LA AUTOESTIMA


"Los demás no nos dan ni nos quitan nada. 
Tan sólo son espejos que nos muestran 
lo que tenemos  y  lo  que nos falta"



Desde un punto de vista emocional, todo lo que una persona no se da a sí misma lo busca en su relación con los demás: afecto, confianza, reconocimiento… La independencia pasa por aprender a autoabastecerse. 

Es hora de reconocerlo: por lo general somos una sociedad de "eruditos racionales" y "analfabetos emocionales". No nos han enseñado a expresar con palabras el torbellino de emociones, sentimientos y estados de ánimo que deambulan por nuestro interior. Y esta ignorancia nos lleva a marginar lo que nos ocurre por dentro, sufriendo sus consecuencias. 

Por el camino, las heridas provocadas por esta guerra interna nos dejan un poso de miedos, angustias y carencias. Y la experiencia del malestar facilita que nos creamos una de las grandes mentiras que preconiza este sistema: que nuestro bienestar y nuestra felicidad dependen de algo externo, como el dinero, el poder, la belleza, la fama, el éxito, el sexo...Debido a nuestra falta de conocimiento y entrenamiento en inteligencia emocional, solemos reaccionar o reprimirnos instintivamente cada vez que nos enfrentamos a la adversidad. Apenas nos damos espacio para comprender lo que ha sucedido y de qué manera podemos canalizar de forma constructiva lo que sentimos. De ahí que nos convirtamos en víctimas y verdugos de nuestro dolor, el cual intensificamos al volver a pensar en lo sucedido. En eso consiste vivir inconscientemente: en no darnos cuenta de que somos cocreadores de nuestro sufrimiento. 


ROTOS POR DENTRO 

"Sólo si me siento valioso porser como soy puedo aceptarme, puedo ser auténtico" (Jorge Bucay) 


LA CARENCIA COMÚN ES INVISIBLE 

"Uno es lo que ama, no lo que le aman" (Charlie Kaufman) 
A veces nos mostramos arrogantes y prepotentes al interactuar con otras personas, creyendo que esta actitud es un síntoma de seguridad en nosotros mismos. En cambio, cuando nos infravaloramos o nos despreciamos, pensamos justamente lo contrario. Sin embargo, estas dos conductas opuestas representan las dos caras de una misma moneda: falta de autoestima. Es nuestra carencia común. Y a pesar de ser devastadora es prácticamente invisible. 


¿Qué es entonces la autoestima? Podría definirse como "la manera en la que nos valoramos a nosotros mismos". Y no se trata de sobre o subestimarnos. La verdadera autoestima nace al vernos y aceptarnos tal como somos. 
La falta de autoestima tiene graves consecuencias, tanto en nuestra forma de interpretar y comprender el mundo como en nuestra manera de ser y de relacionarnos con los demás. Al mirar tanto hacia fuera, nos sentimos impotentes, ansiosos e inseguros, y nos dejamos vencer por el miedo y corromper por la insatisfacción. También discutimos y peleamos más a menudo, lo que nos condena a la esclavitud de la soledad o la ira. Y dado que seguimos fingiendo lo que no somos y reprimiendo lo que sentimos, corremos el riesgo de ser devorados por la tristeza y consumidos por la depresión. 


COMPENSACIÓN EMOCIONAL 

"Si no lo encuentras dentro de ti, ¿dónde lo encontrarás?" (Alan Watts) 
De tanto mirar hacia fuera, nuestras diferentes motivaciones se van centrando en un mismo objetivo: conseguir que la realidad se adapte a nuestros deseos y expectativas egocéntricos. Así es como pretendemos conquistar algún día la felicidad. Sin embargo, dado que no solemos saciar estas falsas necesidades, enseguida interpretamos el papel de víctima, convirtiendo nuestra existencia en una frustración constante. 

Expertos en el campo de la psicología de la personalidad afirman que este egocentrismo -que se origina en nuestra más tierna infancia- condiciona nuestro pensamiento, nuestra actitud y nuestra conducta, formando lentamente nuestra personalidad. Así, la falta de autoestima obliga a muchas personas a compensarse emocionalmente, mostrándose orgullosas y soberbias. 

Al negar sus propias necesidades y perseguir las de los demás, son las últimas en pedir ayuda y las primeras en ofrecerla. Aunque no suelan escucharse a sí mismas, se ven legitimadas para atosigar y dar consejos sin que se los pidan. De ahí que suelan crear rechazo y se vean acorraladas por su mayor enemigo: la soledad. 

En otros casos, esta carencia fuerza a algunas personas a proyectar una imagen de triunfo en todo momento, incluso cuando se sienten derrotadas. Cegadas por el afán de deslumbrar para ser reconocidas y admiradas, se vuelven adictas al trabajo, relegando su vida emocional a un segundo plano. La vanidad las condena a esconderse bajo una máscara de lujo y a refugiarse en una jaula de oro. Pero tras estas falsas apariencias padecen un profundo sentimiento de vacío y fracaso. 

La ausencia de autoestima también provoca que algunas personas no se acepten a sí mismas, y se construyan una identidad diferente y especial para reafirmar su propia individualidad. No soportan ser consideradas vulgares y huyen de la normalidad. Y suelen crear un mundo de drama y fantasía que termina por envolverles en un aura de incomprensión, desequilibrio y melancolía. Y al compararse con otras personas, suelen sentir envidia por creer que los demás poseen algo esencial que a ellas les falta. 

El denominador común de esta carencia es que nos hace caer en el error de buscar en los demás el cariño, el reconocimiento y la aceptación que no nos damos a nosotros mismos. La paradoja es que se trata precisamente de hacer lo contrario. Sólo nosotros podemos nutrirnos con eso que verdaderamente necesitamos. 


LO QUE PIENSAN LOS DEMÁS 

"Cada vez que se encuentre usted en el lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar" (Mark Twain) 

Cuenta una parábola que un hombre y su mujer salieron de viaje con su hijo de 12 años, que iba montado sobre un burro. Al pasar por el primer pueblo, la gente comentó: "Mirad ese chico tan maleducado: monta sobre el burro mientras los pobres padres van caminando." Entonces, la mujer le dijo a su esposo: "No permitamos que la gente hable mal del niño. Es mejor que subas tú al burro". 

Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuró: "Qué sinvergüenza, deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va cómodo encima". Entonces tomaron la decisión de subirla a ella en el burro mientras padre e hijo tiraban de las riendas. Al pasar por el tercer pueblo, la gente exclamó: "¡Pobre hombre! ¡Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro! ¡Y pobre hijo! ¡Qué será lo que les espera con esa madre!". 

Entonces se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres y continuar su viaje. Al llegar a otro pueblo, la gente dijo: "¡Mirad qué familia, son más bestias que el burro que los lleva! ¡Van a partirle la columna al pobre animal!". Al escuchar esto, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro. Pero al pasar por el pueblo siguiente la gente les volvió a increpar: "¡Mirad a esos tres idiotas: caminan cuando tienen un burro que podría llevarlos!". 

EL ÉXITO MÁS ALLÁ DEL ÉXITO 

"Este gozo que siento no me lo ha dado el mundo y, por tanto, el mundo no puede arrebatármelo" (Shirley Caesar) 

Los demás no nos dan ni nos quitan nada. Y nunca lo han hecho. Tan sólo son espejos que nos muestran lo que tenemos y lo que nos falta. Ya lo dijo el filósofo Aldous Huxley: "La experiencia no es lo que nos pasa, sino la interpretación que hacemos de lo que nos pasa". Lo único que necesitamos para gozar de una vida emocional sana y equilibrada es cultivar una visión más objetiva de nosotros mismos. Sólo así podremos comprendernos, aceptarnos y valorarnos tal como somos. Y lo mismo con los demás. 

El secreto es dedicar más tiempo y energía a liderar nuestro diálogo interno. Hemos de vigilar lo que nos decimos y cómo nos tratamos, así como lo que les decimos a los demás y cómo los tratamos. 

La verdadera autoestima es sinónimo de humildad y libertad. Es el colchón emocional sobre el que construimos nuestro bienestar interno. Y actúa como un escudo protector que nos permite preservar nuestra paz y nuestro equilibrio independientemente de cuáles sean nuestras circunstancias. Los filósofos contemporáneos lo llaman "conseguir el éxito más allá del éxito". Dicen que cuando una persona es verdaderamente feliz, no desea nada. Tan sólo sirve, escucha, ofrece y ama. 

Podemos seguir sufriendo por lo que no nos dan la vida y los demás, o podemos empezar a atendernos y abastecernos a nosotros mismos. Es una decisión personal. Y lo queramos o no ver, la tomamos cada día. 

Desde un punto de vista emocional, todo lo que una persona no se da a sí misma lo busca en su relación con los demás: afecto, confianza, reconocimiento… La independencia pasa por aprender a autoabastecerse. 

martes, 7 de julio de 2015

LA IDEALIZACIÓN DE LA PAREJA

¿Qué es la idealización?




Idealizar es exagerar en positivo las virtudes de otra persona, quitándonos a nosotros mismos valor para otorgarle al otro el poder de la “perfección”. Una persona que idealiza a otra, suele sentirse inferior, y creer que está ante alguien inalcanzable.

LA IDEALIZACIÓN DE LA PAREJA



El hábito de idealizar es muy común en las personas que tienen la autoestima baja. Si uno no se siente valioso, enseguida exagerará en positivo las virtudes de otros. Se podría decir que la mente piensa algo como: “si yo no soy valioso, me enamoraré enseguida de alguien que tenga lo que yo no tengo”.
Se puede idealizar en muchos ámbitos: en la pareja, en lo amistoso, familiar, etc…Quienes idealizan a su pareja, suelen caer en la dependencia emocional porque conseguir a alguien que se veía inalcanzable les nubla, haciendo que se conviertan en esclavos del otro.
Ver que han conseguido a alguien que supuestamente era imposible hace que se entreguen al 200%, la prioridad esas personas será la felicidad del otro, complacer sus deseos, etc… En esos casos se pierde la individualidad por completo, para convertirse en un ser incompleto que necesita a su pareja para ser feliz.

EL GRAN INCONVENIENTE DE IDEALIZAR



Las personas que idealizan, traspasan la realidad y las virtudes exageradas que les otorgan a otros es irreal. Eso significa que si consiguen intimar con esa persona que han idealizado, poco a poco se les irá cayendo la venda de los ojos y verán que todos los seres humanos somos imperfectos.
Puede que lo que tanto les gustaba, lo que tanto amaban, un buen día, cuando comiencen a ver "la realidad", les deje de gustar, incluso pueden llevarse grandes desengaños…
Quien idealiza, se monta una fantasía en la que atribuye unas características a otro que seguramente no se correspondan con lo que esa persona es. La imaginación forma a la persona ideal que le gustaría encontrar. Pero cuando la realidad asoma y se ven los defectos, se ponen los pies en el suelo, el sueño cae al vacío, y todo se viene abajo.
En muchos casos, se rompen parejas por este motivo. Personas que afirman que les han fallado, que no eran lo que parecían, etc… no siempre es verdad, a veces estos desengaños se producen por idealizar a alguien.
No veían la realidad porque en la fantasía se habían formado a la persona perfecta y luego al intimar más, se acaba viendo la verdad y los sueños toman menos partido cuando hay un contacto más intimo con la persona.

TODOS HEMOS IDEALIZADO ALGUNA VEZ

Seguro que todos hemos idealizado a alguien alguna vezPor ejemplo, cuando éramos pequeños y nos gustaba ese cantante, actor, futbolista, famoso y soñábamos con tener un encuentro romántico de película.
Como admirábamos a ese famoso, ya pensábamos que en todas las demás facetas también sería ideal. Lo cierto es que aunque alguien sea brillante y tenga mucha fama, detrás hay más facetas en las que no será tan bueno.
Tendemos a ver como “dioses” a personas que destacan en algún punto y además salen en los medios de comunicación, sobre todo en la niñez.

Pero no sólo ocurre en la niñez, mucha gente idealiza a otros debido a su baja autoestima. Ven a alguien que les gusta en algún entorno adecuado y ya piensan que será una buena persona, con un carácter genial, agradable, con madurez, humanidad, integridad, con buenos valores, etc… pero lo cierto es que no sabemos nada de otra persona hasta que no la conozcamos de una manera más íntima.

¿CÓMO EVITAR CAER EN LA IDEALIZACIÓN ENFERMIZA?

Mirando el lado humano e imperfecto que todos tenemos y sabiendo que todos somos iguales, todos poseemos virtudes y defectos, la diferencia está en lo que se quiera centrar cada uno y lo que quiera valorarse cada cual.
Esa persona que admiras y crees que es mejor que tú, en realidad es igual, lo único que hace es lucirse en su buen momento del día, pero si vieras sus defectos como todos los tenemos, la bajarías del pedestal.
Brillará en unas cosas pero en otras no. Va al baño como todos los mortales, por las mañanas se levanta con cara de sueño o de mal humor. Ha cometido errores alguna vez y seguro que tiene secretos inconfesables que nadie debe saber o se caería su imagen.
Esa persona también enferma y tiene mal aspecto. Alguna vez habrá hecho cosas inapropiadas. Todos tenemos diferentes disposiciones y facetas durante el día. Unas horas para la seriedad y responsabilidad, otras para ser más natural y humano, otras en las que ir “como un pincel” y otros momentos donde estamos en pijama, zapatillas y despeinados.

Cuando alguien idealiza y pone a otro en un pedestal, es porque se ignora el lado humano e imperfecto que todos tenemos.
Seguramente vea a esa persona en los momentos del día donde se muestra su parte más brillante, pero si conviviéramos las 24 horas con esa persona que crees tan inalcanzable veríamos como caería el mito.
Al fin y al cabo, somos animales racionales. Intentamos dar la mejor imagen, mostrar lo bueno que tenemos, pero lo cierto es que detrás de lo que las personas quieren mostrar se esconde la realidad humana e imperfecta que todos llevamos dentro.

lunes, 6 de julio de 2015

Moral del Hombre Nuevo


Nuevo modelo social

(Quino)

































¿Preocupante?
o
¿Adaptados?


¿Quién transforma a quién? 
¿El hombre a la sociedad o la sociedad al hombre?


jueves, 2 de agosto de 2012

Técnicas de relajación


Se presentan dos técnicas de relajación muscular progresiva, una activa y otra pasiva desarrolladas por el Dr. Fernando Bianco C. (1972-76) en base a los procedimientos recomendados por Jacobson y Schultz.

Conseguir un estado de reposo Físico y moral, dejando los músculos en completo abandono y la mente libre de toda preocupación.

Jacobson argumentaba que ya que la tensión muscular acompaña a la ansiedad, uno puede reducir la ansiedad aprendiendo a relajar la tensión muscular.

Se persigue conseguir un estado de homeostasis en la cual tanto el cuerpo como la mente entre en completo estado de reposo, de relajar los niveles de contractibilidad e nuestro cuerpo.

El terapeuta lo primero que le enseña al paciente es como medir la presencia de ansiedad (angustia, temor, miedo, pánico) mediante la construcción del
Termómetro de Unidades Subjetivas de Ansiedad (USA), ideada por Wolpe.
Se entrena al paciente en la técnica de relajación muscular, utilizando la técnica clásica modificada por el Dr. Bianco, siendo ésta de de dos tipos:


A. Activa 
B. Pasiva

¿Cómo seria Tu vida mañana si todas las decisiones que tomaras hoy, fueran un acto de amor hacia ti mismo(a)?